NOTA IMPORTANTE: Es especialmente importante que consulteS a tu médico antes de empezar o dejar de tomar cualquier medicamento. Este sitio web es sólo informativo y no recomienda ningún medicamento en particular.
…Las personas mejoran de los síntomas funcionales sin medicación y nadie debería sentirse obligado a tomar pastillas, pero a veces pueden ser útiles….
Como regla general, ya sabes que no existen “medicaciones milagrosas o curativas” para los TNF. El papel de los fármacos es tratar síntomas asociados para contribuir a que sea más fácil reentrenar el cerebro. Pero una pastilla (únicamente) no suele dar la solución a un TNF.
Una de las cosas que tu médico puede haberte sugerido es medicación para tratar de aliviar algunos síntomas. Los medicamentos más comunes utilizados para los TNF son:
La medicación rara vez soluciona los síntomas por sí sola, pero puede ser útil para promover el sueño, mejorar el dolor, mejorar el estado de ánimo y reducir la preocupación.
Las personas pueden mejorar su trastorno sin medicación y nadie debe sentirse obligado a tomar pastillas, pero a veces pueden ser útiles. A nadie le gusta tomar medicación con regularidad, pero si te sientes muy “atascado” con tus síntomas puedes preguntarte “qué tienes que perder…”
Una revisión de todos los estudios en los que se administró medicación antidepresiva a personas con todo tipo de trastornos funcionales (y no específicamente síntomas neurológicos funcionales como trastornos del movimiento o ataques disociativos) reveló que quienes tomaban el medicamento tenían tres veces más probabilidades de obtener mejores resultados que quienes no lo hacían. Lo interesante es que esto ocurría tanto si los pacientes se sentían deprimidos como si no.
Los “antidepresivos” también pueden tener un efecto útil en el tratamiento de la ansiedad en personas que no están deprimidas, por lo que llamarlos antidepresivos en esa situación no es exacto.
Los antidepresivos más antiguos, como la amitriptilina, existen desde hace décadas. Aunque se desarrollaron para tratar la depresión, los médicos se han dado cuenta de que pueden ser muy útiles para tratar el dolor, los problemas de sueño y otros síntomas como la vejiga irritable, independientemente de que la persona se sienta o no deprimida.
Por ejemplo, si tienes un herpes zóster en la cara o una ciática, la amitriptilina puede ser el fármaco más eficaz para mitigar el dolor de nervio (también llamado “dolor neuropático”).
Una de las principales y comprensibles preocupaciones de los pacientes es que un fármaco antidepresivo cree adicción. A menudo esto se debe a que confunden las benzodiacepinas (tranquilizantes como el diazepam, clonacepam o loracepam) con los antidepresivos. No hay pruebas de que los antidepresivos provoquen un estado mental de “adicción” en el que la persona ansíe su medicación o quiera más y más para conseguir el mismo efecto. Esto sí pasa con las benzodiacepinas o los opiáceos/mórficos.
Con algunos tipos de antidepresivos, a veces puede haber síntomas cuando se deja de tomar el comprimido. Si esto ocurre, los síntomas de “abstinencia” suelen desaparecer en una semana aproximadamente.
Si estás tomando benzodiacepinas o mórficos, sí puedes tener una “abstinencia” más prolongada e intensa al intentar abandonarlos. También se ha observado cierta abstinencia con gabapentina y pregabalina.
No obstante, es muy importante juzgar el efecto que me están haciendo los medicamentos que tomo. Las benzodiacepinas o los mórficos a largo plazo dejan de hacer efecto beneficioso (el dolor vuelve) pero los efectos secundarios no desaparecen. Por ello, si no están siendo eficaces, hay que valorar suspenderlos. Dejar estos fármacos puede provocar inicialmente una mala temporada de abstinencia; pero a la larga, es posible que tengas menos síntomas si abandonas estas medicaciones.
No obstante, las cuestiones en relación a la medicación se deben hablar con un profesional sanitario y valorar los riesgos/beneficios que aporta cada medicación en cada caso particular.
A veces, los pacientes con síntomas funcionales prueban comprimidos como la amitriptilina y tienen una mala experiencia. Esto puede deberse a que, para empezar, se les administró una dosis demasiado alta, o a que no se les explicó adecuadamente lo que podían esperar. La naturaleza de los síntomas funcionales a menudo implica que los pacientes que toman antidepresivos para estos síntomas pueden experimentar más efectos secundarios de lo normal, especialmente al principio. Es por ello que se suele comenzar con dosis bajas.
Suele ser sensato esperar algunos efectos secundarios durante la primera o segunda semana. Estos pueden incluir somnolencia, náuseas y, ocasionalmente (dependiendo del fármaco), cierto grado de nerviosismo o agitación. Transcurrido ese tiempo, los efectos secundarios suelen desaparecer. Los beneficios de la pastilla pueden notarse rápidamente, pero pueden ser necesarias entre 6 y 8 semanas para notar la diferencia.
Esto puede deberse a que estás tomando una dosis demasiado pequeña, a que no has esperado lo suficiente o a que realmente el medicamento no está haciendo nada para aliviar tus síntomas. Es difícil juzgar si un antidepresivo no ha funcionado hasta que no se lleva tomando unas 12 semanas.
No todo el mundo se beneficia de la medicación. Por ello, es muy importante se sentatos: si una medicación no está haciendo efecto, es mejor retirarla. A veces nos encontramos a muchos pacientes que toman múltiples medicaciones iniciadas por distintos médicos que nunca se ha valorado su retirada y realmente nunca tuvieron un efecto beneficioso. El tomar muchos fármacos y las interacciones entre ellos pueden provocar más síntomas, y muchas veces, retirarlos hace que los pacientes mejoren. No obstante, esto debe ser siempre guiado y aconsejado por un profesional sanitario.
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