El dolor crónico o persistente es un síntoma muy frecuente en los TNFs. Esta web no está diseñada para hablar en detalle del dolor crónico. No obstante, es importante reconocer que si tienes dolor crónico y un TNF, probablemente ambas entidades estén relacionadas.
Hemos aprendido mucho sobre los mecanismos del dolor crónico en los últimos 10-20 años. El dolor crónico persistente es muy diferente al dolor agudo, que puede aparecer cuando te cortas en la piel de un dedo. Los mecanismos por los que se producen ambos dolores son distintos.
El dolor crónico está ocasionado por un aumento de función de los circuitos de dolor en el sistema nervioso. Por múltiples motivos, las zonas del cerebro que se encargan del dolor se hiperactivan de forma involuntaria. Y la persona con dolor crónico es incapaz de conseguir que estos circuitos se vuelvan a “apagar”. El dolor es real, el cerebro lo está experimentando.
En este sentido, el dolor se puede interpretar de forma similar a los TNFs, como una alteración en el funcionamiento del sistema nervioso, que tiene que ver más con el “software” que con el “hardware”.
Aquí os dejamos algunos vídeos que lo explican maravillosamente bien.
Los sitios más comunes donde se localiza el dolor en personas con TNFs son:
Aquí os mostramos algunos enlaces en inglés con información útil:
El siguiente vídeo muestra un documental sobre la fibromialgia en la BBC en el Reino Unido. En nuestra opinión sólo haríamos dos críticas: la fibromialgia puede ser reversible y no es “tan inexplicada”. A día de hoy sabemos mucho de lo que está pasando en el cerebro y cómo funciona la fibromialgia.
Folleto informativo sobre la fibromialgia en Reino Unido
Otro de las aspectos que tienen en común el manejo de los síntomas funcionales y el dolor crónico es entender cómo interaccionan los círculos viciosos en la cronificación y empeoramiento de los síntomas. Por ejemplo, si tienes una caída y te lesionas la espalda, estarás uno o dos días con dolor y dificultad para mverte. Después de este tiempo prudencial, incrementar progresivamente la movilidad es la mejor terapia para mejorar. Puede que aún duela, pero conforme vayas movilizando progresivamente, cada vez dolerá menos.
La forma que tiene este proceso de estancarse, especialmente después de una lesión leve o menor, es cuando aparece la preocupación de que el dolor es un signo de lesión grave en la espalda. De forma entendible, aumentará el miedo al movimiento para no empeorar dicha lesión, se reducirá cada vez más el movimiento y el cerebro reforzará el concepto de que el movimiento conduce a dolor, que implica más lesión. El cerebro interpreta que lo normal es moverse lo menos posible. Finalmente, este hábito conduce a mayor inmovilidad y cada vez más dolor. Aquí mostramos la figura que lo ilustra:
Si el dolor es un síntoma muy importante en tu caso, puedes buscar ayuda mediante tu Centro de Salud, médicos habituales o Unidades de Dolor. Ellos te ayudarán a encontrar estragegias para mejorar .
Existe un libro muy recomendable que enseña a profesionales y pacientes todas estas nuevas concepciones de dolor: Explicando el Dolor. Butler, D. & Moseley, G. 2ª Edición Agosto 2016. ISBN 9780987246783. Editorial NOIGROUP.
‘The Pain Toolkit’ es otro libreto informativo realizado por Pete Moore, sufridor de dolor crónico, y del Dr. Frances Cole, especialista en Rehabilitación del dolor en Yorkshire, UK.
Otro libro recomendable sobre síntomas funcionales (en ausencia de lesión estructural) es SAPIENS, Ma Non Troppo: Síntomas Sin Explicación Médica. Arturo Goicoechea.
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