Los síntomas visuales pueden ser funcionales o disociativos. Los siguientes tipos de síntomas son bastante frecuentes:
Normalmente las personas se quejan de que su visión se vuelve “borrosa” de forma intermitente y tienen que entornar los ojos para que todo vuelva a la normalidad. A veces, la visión puede ser incluso doble. Este último síntoma suele deberse a un “espasmo de convergencia”. Esto ocurre cuando uno de los ojos “gira” demasiado activamente hacia la nariz. La convergencia es un movimiento ocular normal, pero a veces se vuelve hiperactivo en personas con TNF o síntomas neurológicos funcionales.
Es frecuente en personas con migraña crónica y síndrome de fatiga crónica. También puede darse en personas con TNF. La luz intensa puede incluso empeorar los síntomas del TNF. Una respuesta natural a este síntoma suele ser llevar gafas oscuras. El problema es que esto tiende a empeorar el síntoma, pues hace que los ojos sean aún más sensibles a la luz. La mejor forma de tratar la sensibilidad a la luz es exponer gradualmente los ojos a más y más luz a lo largo del tiempo. Pero es necesario hacerlo gradualmente.
Más raramente, las personas pueden experimentar una pérdida significativa de visión en uno o ambos ojos. En ocasiones, las personas no pueden ver nada en absoluto. En este caso, el diagnóstico de ceguera funcional se realizará mediante pruebas que demuestren que las pupilas reaccionan con normalidad, que los ojos reaccionan a un estímulo en movimiento y que las partes del cerebro relacionadas con la visión están intactas.
Las personas con síntomas visuales funcionales pueden presentar hallazgos clínicos como un “defecto de campo tubular” o campos en espiral cuando se someten a pruebas de campo visual (ver las imágenes siguientes).
El tipo más común de deficiencia visual funcional suele presentarse en forma de visión borrosa intermitente, es decir, que las personas no ven bien por un ojo cuando se tapan el otro. Es especialmente frecuente que la visión de una persona parezca mucho peor cuando se somete a una prueba ocular o es examinada por un médico, que en el día a día. Una característica común de muchos síntomas funcionales es que empeoran cuando alguien se concentra en ellos o intenta controlarlos voluntariamente, y mejoran con la distracción o con las actividades automáticas.
No hay muchos estudios sobre el tratamiento de la pérdida visual funcional.
El dr. Jon Stone escribió su experiencia en el tratamiento de dos pacientes con ceguera funcional en este artículo: https://pn.bmj.com/content/19/2/168.long
En ocasiones, las personas pueden percibir sensación de “efecto nieve” en la visión, sobre todo cuando miran fondos blancos. Esto ocurre en personas sanas y normalmente el cerebro “bloquea” esta información visual, de forma que no somos siempre conscientes de que esto está o existe. Esta sensación puede intensificarse en diversos procesos oculares o cerebrales. Este fenómeno se le denomina “nieve visual”. Estudios recientes han relacionado la nieve visual con la migraña.
Otro fenómeno es la capacidad de ver la persistencia de las imágenes visuales, sobre todo después de haber estado mirando algo durante un rato o si se intenta seguir un objeto que se mueve rápidamente. Esto se llama “persistencia visual”. Al igual que la nieve visual, es muy importante excluir una causa neurológica u oftalmológica, pero puede producirse como parte de un trastorno funcional. Puede deberse al mismo problema del mecanismo normal de “filtrado” del cerebro de la información visual.
En https://www.visualsnowinitiative.org/ hay una organización para personas con nieve visual.
Se redirigirá a la página de donaciones de la Universidad de Edimburgo, que permite realizar donaciones de forma segura. Las donaciones se usarán para mantener esta web y para la investigación en TNF. a