Esta página ha sido redactada con la ayuda de colaboradores expertos en tics, que se mencionan al final, con especial agradecimiento a Tammy Hedderley, Isobel Heyman y Christos Ganos.
Los tics son un tipo de movimiento o sonido repetitivo que puede observarse en diversas enfermedades, incluido el síndrome de Tourette. Los tics también pueden aparecer como parte de un trastorno neurológico funcional, cuando se denominan “tics funcionales”. Las personas con síndrome de Tourette también pueden desarrollar tics funcionales, y en ocasiones es difícil diferenciarlos.
Los tics se definen como movimientos o sonidos repentinos, rápidos, recurrentes y que no son rítmicos. Los tics suelen denominarse complejos si abarcan más de un movimiento simple y pueden implicar una combinación de diferentes movimientos o sonidos.
Esta web pretende ofrecerte una introducción a los tics funcionales que puede ayudarte a ti y a tu profesional sanitario a enfocar mejor el problema. No es una web sobre el síndrome de Tourette, pero hablaremos de las similitudes y diferencias.
Existen muchas similitudes entre los síntomas y el tratamiento de los tics funcionales y los tics que se observan en otras afecciones (como el síndrome de Tourette), pero también algunas diferencias importantes.
En la infancia, cuando los niños tienen alrededor de 4 ó 5 años, los tics leves son bastante comunes. En un colegio típico de 400 alumnos, entre 10 y 20 niños tendrán algún tipo de tic. A medida que los niños maduran, los tics mejoran de forma natural y en un centro de secundaria (adolescencia) el número sería inferior y rondaría el 1 %. La mayoría de estos tics se les denomina tics primarios o aislados. Sin embargo, son distintos al síndrome de Tourette, que es una enfermedad compleja con múltiples tics, trastorno de atención y rasgos obsesivos. Pero el Tourette también es una afección que comienza en la primera infancia. Esta es una de las principales diferencias con los tics funcionales, que suelen comenzar después de los 10 u 11 años y pueden debutar por primera vez incluso en la edad adulta.
Los tics funcionales son un tipo de trastorno neurológico funcional (TNF). A grandes rasgos, describe un trastorno del movimiento en el que existe un problema concreto con el movimiento voluntario, pero no con el movimiento automático.
La imagen siguiente describe las principales características clínicas que los médicos utilizan para diagnosticar los tics funcionales, comparándolas con los tics que se observan habitualmente en el síndrome de Tourette. A veces las cosas son más complicadas que esto, porque una persona puede tener tanto síndrome de Tourette como tics funcionales. Es importante intentar averiguar si el problema principal son los tics funcionales, el síndrome de Tourette o una mezcla de ambos, ya que el tratamiento y las explicaciones pueden variar. Por ejemplo, la medicación que a veces se utiliza para el síndrome de Tourette no siempre ayuda con los tics funcionales. En niños y adolescentes, esta mezcla es un poco más frecuente, mientras que en adultos es más común que se produzcan tics funcionales sin síndrome de Tourette.
Los “ataques de tics” se refieren a crisis de tics continuas y se dan especialmente en personas jóvenes con una mezcla de síndrome de Tourette y tics funcionales. Puede obtener más información en el sitio web de Tourette Action.
*Se aplica a niños mayores de 8 años. Los síntomas de TNF pueden incluir convulsiones disociativas o problemas de movilidad. Gracias a Christos Ganos y sus compañeros por la idea de este esquema (referencia 2).
Como se puede ver en este diagrama, hacer un diagnóstico de tics funcionales no es fácil. Normalmente requiere un médico que esté muy familiarizado con el síndrome de Tourette y otras causas de tics. Tanto los TNF como el síndrome de Tourette son trastornos del movimiento voluntario, y ambos pueden alterarse mediante distracción o sugestión. Como la mayoría de los tipos de TNF, el diagnóstico de los tics funcionales es un diagnóstico clínico que se realiza sobre la base de una combinación de características típicas. Las pruebas complementarias ayudan a descartar otras enfermedades, pero nunca dan el diagnóstico de TNF ni de Tourette.
Inisistimos en que es importante en un individuo intentar averiguar si el problema principal son los tics funcionales, el síndrome de Tourette o una mezcla de ambos, ya que el tratamiento y las explicaciones pueden variar.
Sarah tiene 13 años y le interesa la danza, el arte y el teatro. Durante las últimas 4 semanas ha experimentado una aparición repentina de tics motores incapacitantes y continuos en brazos y piernas. Estos tics se asocian a gritos y sonidos de animales, así como a una tendencia a insultar a su hermana pequeña y a arremeter contra ella de forma aparentemente incontrolable. Esta experiencia ha sido muy perturbadora para ella y había ido al servicio de urgencias varias veces, pero nadie parecía saber qué hacer. Le daba vergüenza hablar con sus amigos.
Sarah tiene un hermano menor de 5 años con un diagnóstico de espectro autista. Se describe a sí misma como tímida y socialmente ansiosa y sus padres dicen que es “perfeccionista”.
Los tics le han llevado a faltar a la escuela y ha pasado mucho tiempo sola en su habitación. Ha pasado mucho tiempo en las redes sociales debido a sus síntomas. Ha estado buscando sitios sobre el síndrome de Tourette. Hace poco se atrevió a hacer un vídeo en TikTok sobre su experiencia. Tiene un tío con tics y TOC (trastorno obsesivo-compulsivo).
Sarah tuvo algunos tics sutiles cuando tenía unos 5 años, pero todo el mundo pensó que se habían estabilizado y nadie había notado ninguno durante muchos años.
En el caso de Sarah, sus tics actuales tienen características típicas de los tics funcionales. Se manifiestan sobre todo en los brazos y el cuerpo. No puede “suprimir” los tics, ni siquiera durante unos segundos, y no tiene el habitual impulso de “urgencia” que tienen las personas con síndrome de Tourette. El hecho de que hubieran comenzado de forma repentina y grave a los 13 años también es típico de los tics funcionales y no del síndrome de Tourette.
Los médicos de Sarah pensaron que era probable que hubiera experimentado tics leves de niña, lo que la había hecho más vulnerable a desarrollar tics funcionales.
A medida que avanzaban en el tratamiento, descubrieron que algunas cosas en la escuela habían sido estresantes, como la presión de los compañeros y Sarah sentía pánico por sus tareas escolares, a pesar de que era una excelente estudiante.
Sarah recibió psicoterapia, que le ayudó a hablar de sus sentimientos y a controlar la preocupación y el pánico. También aprendió técnicas que le ayudaron a centrarse en su cuerpo cuando los tics eran graves y, poco a poco, con el tiempo, esto le ayudó a mejorar los movimientos y pudo volver a la escuela. Seguía teniendo algún tic de vez en cuando, pero era manejable.
Los tics funcionales son cada vez más reconocidos por los expertos en los últimos años. En la actualidad, varios grupos de todo el mundo han publicado su experiencia en el diagnóstico y tratamiento de los tics funcionales, pero todavía estamos aprendiendo mucho sobre ellos y sobre la mejor forma de enfocar su tratamiento.
En estos trabajos de investigación, los médicos han utilizado a veces el término tics “psicógenos”. Este término ha caído en desuso a medida que los investigadores en TNF se dieron cuenta de que se trataba de un trastorno del cerebro (neurología), así como de la “mente” (psicología).
A lo largo de los años 2020 y 2021, varios médicos especializados en tics han observado que cada vez más personas, especialmente adolescentes, presentan tics funcionales. No está claro a qué se debe. Podría deberse a que la pandemia COVID-19 ha sido una época estresante para muchas personas, y esto ha supuesto una vulnerabilidad cerebral para padecerlos. No hay pruebas de que esté directamente relacionado con la infección por coronavirus o las vacunas.
En los TNF, parece como si el foco de atención del cerebro cambiara involuntariamente hacia el cuerpo. Este cambio de atención parece ser capaz de desencadenar movimientos anormales (como los tics funcionales) y también puede hacer que los movimientos que la persona realmente quiere hacer le resulten más difíciles (por lo que las personas con tics funcionales pueden experimentar un “bloqueo” temporal del movimiento voluntario). A veces, el cambio de la atención hacia el cuerpo aumenta la percepción de sensaciones internas o preocupaciones y los pensamientos acerca de experimentar tics/ataques similares a los tics pueden desencadenar y mantener los episodios. La experiencia clínica sugiere que las personas con tics funcionales pueden haberse vuelto más vulnerables a los tics, empeorando estos, al pasar mucho tiempo observando a alguien con tics. El síndrome de Tourette, sin embargo, no se caracteriza por este fenómeno.
Esta “capacidad de inducción” de los tics funcionales ha llevado a los médicos a preguntarse si la exposición a sitios de redes sociales que muestran tics podría aumentar inadvertidamente los tics funcionales en el ciertas personas que son susceptibles.
Además, todos tenemos sacudidas normales, como por ejemplo las del sueño (sacudidas o espasmos cuando nos estamos quedando durmiendo). Estar en un periodo de vulnerabilidad y tener estas sacudidas normales, puede encender la “alarma” del cerebro y activar las vías cerebrales que conducen a desarrollar y perpetuar tics funcionales.
Hemos hablado en esta web que los TNF no son enfermedades “piscológicas”, sino un trastorno mucho más complejo del cerebro. Y por supuesto, nada voluntarios. Las personas que los padecen no pueden simplemente “llegar” a su propio cerebro y apagarlos. Para saber más, ver los apartados ¿cómo se producen? y ¿por qué se producen?.
Las redes sociales han ayudado a las personas con discapacidad, incluidas las personas con tics, a encontrar una forma de compartir experiencias. Algunas personas con tics funcionales no los considerarían necesariamente un problema si, por ejemplo, todo el mundo tuviera tics, entonces podría no ser tan preocupante a nivel social. Esto es un debate controvertido sobre lo que es importante para cada persona. Por ello, el hecho de que una condición implique simplemente que algo es diferente, no siempre implica que requiera un “tratamiento”. Para algunas personas, entender simplemente esto puede suponer un gran alivio.
Sin embargo, para la mayoría de las personas, los tics funcionales son angustiosos, especialmente cuando aparecen de la nada, y es lógico y correcto pensar en un tratamiento que produzca una mejoría.
Al igual que con todos los tipos de TNF, es muy importante que puedas reunirte con un profesional sanitario que te ayude a explicar por qué cree que tienes tics funcionales y si en tu caso se producen solos o junto con el síndrome de Tourette. Todo el mundo necesita comprensión y saber que los profesionales sanitarios que les tratan son conscientes de que no controlas estos movimientos (son involuntarios) y de que quieres que mejoren. Entender qué está pasando en tu cerebro y cómo hemos llegado hasta aquí es el primer paso para ponerle solución.
El tratamiento de los tics funcionales es similar al de otros tipos de TNF. Consiste en reconocer que existen patrones de movimiento en el cerebro que se han “atascado” y averiguar si existen técnicas, ya sea mediante terapia psicológica o fisioterapia, para ayudar a “desatascarlos”.
3. Terapia psicológica
Todo el mundo necesita comprensión y saber que los profesionales sanitarios que les tratan son conscientes de que no controlas estos movimientos y de que obviamente deseas que mejoren.
La terapia psicológica para los tics tuncionales debe adaptarse a cada individuo. Todavía no existen estudios de investigación que nos ayuden a conocer los mejores y más eficaces tratamientos para los tics funcionales. La terapia cognitivo-conductual incluye la educación, la comprensión de los síntomas de la mente y el cuerpo, especialmente la ansiedad, la modificación del comportamiento propio y de los demás en relación con los tics (véase más adelante) y el aumento gradual de las actividades a pesar de los tics.
Otras terapias psicológicas, que se centran más en comprender cómo las experiencias personales cambian la forma de relacionarse con los propios sentimientos y con otras personas (denominada psicoterapia interpersonal o psicodinámica) también pueden ser útiles, especialmente en adultos.
Los componentes útiles de las terapias psicológicas pueden incluir:
4. Fisioterapia
Algunas personas responden a un reentrenamiento motor, dirigido a focalizarse en movimientos que alejen la atención de otras partes de su cuerpo. Un fisioterapeuta familiarizado con los TNF puede ayudarte con ejercicios como parte de tu tratamiento.
A veces se utilizan medicamentos como la clonidina o antidopaminérgicos (también mal llamados “antipsicóticos”) para el síndrome de Tourette. Los expertos en tics coinciden en que este tipo de medicamentos NO son útiles para las personas con tics funcionales.
A veces los medicamentos para la ansiedad, los síntomas obsesivos o la depresión pueden ser útiles en algunas personas con tics funcionales cuando se presentan esas dificultades.
En algunas personas, los tics funcionales forman parte de un TNF más amplio con mayor número de síntomas. Los tics funcionales pueden coexistir con crisis disociativas o trastornos del movimiento funcional.
En personas jóvenes, los tics funcionales pueden ser tan frecuentes que se producen “ataques de tics” incontrolables que se fusionan con otros tipos de movimientos funcionales y crisis, dentro del espectro del TNF. También existen otros trastornos funcionales no catalogados formalmente como “neurológicos”, como son el dolor crónico, fatiga crónica, etc.
Muchas personas con TNF no tienen NINGUNO de estos otros problemas de salud, así que no te confundas si esta sección no se aplica a tu caso en concreto. Pero si es así, puede que merezca la pena pasar tiempo con un profesional sanitario que entienda estos trastornos para entender cómo se relacionan entre sí. Es más fácil entender todos estos síntomas como una misma entidad/mecanismo, en la que hay una alteración de la conexión del cerebro con el resto del cuerpo, más que como una infinidad de diagnósticos distintos e inconexos.
Muchas gracias a los siguientes compañeros que sugirieron y coescribieron este material:
Dra. Tammy Hedderly, Neuróloga Pediátrica, Servicio de Tics y Movimientos del Neurodesarrollo, Escuela de Medicina Guys Kings and St Thomas’, Londres, Reino Unido.
Profesora Isobel Heyman, Neuropsiquiatra de niños y adolescentes, Equipo de Medicina Psicológica, Great Ormond Street Hospital for Children NHS Foundation Trust, Londres, Reino Unido
Dr Christos Ganos, Neurólogo, Hospital Charite, Berlín, Alemania
Dra. Benedetta Demartini, Psiquiatra, Universidad de Milán. Milán, Italia
Dr. José Baizabal-Carvallo, neurólogo, Universidad de Guanajuato, México.
Profesor Mark Edwards, Neurólogo, St George’s, Universidad de Londres, Londres Reino Unido
Profesora Eileen Joyce, Neuropsiquiatra, Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía, Londres
Profesor Jon Stone,Neurólogo, Universidad de Edimburgo, Edimburgo Reino Unido
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