Hay un artículo muy interesante de la revista European Journal of Neurology sobre los TNF que es muy útil para pacientes. Muchas personas se encuentran con estos problemas o dudas durante el diagnóstico y tratamiento.
Los TNFs todavía están emergiendo de un periodo en el que su investigación ha estado “dormida”. Muchos profesionales todavía no se han actualizado con los avances recientes en práctica clínica, investigación y aptitudes hacia los TNFs.
Mito 1: Los TNFs se diagnostican por exclusión. ¡No! Es un diagnóstico en base a hallazgos positivos que se observan en la exploración, como por ejemplo el signo de Hoover o el acompasamiento del temblor.
Mito 2: Los pacientes tienen un TNF o bien otra enfermedad neurológica. ¡No! Tener otra enfermedad neurológica (ej., Parkinson o epilepsia) es uno de los factores de riesgo más importantes para desarrollar un TNF. Se pueden tener ambas a la vez.
Mito 3: Unos síntomas abigarrados o raros orientan a un TNF. ¡No! Hay muchas otras enfermedades neurológicas que pueden manifestarse con síntomas raros o abigarrados. Los TNF no tienen por qué ser más “raros”.
Mito 4: Diferentes fenotipos de TNF indican diferentes trastornos. No necesariamente, puesto que a pesar de que una crisis funcional sea muy distinta a una debilidad funcional, comparten los mismos mecanismos en el cerebro y pueden tener comorbilidades en común (como dolor, fatiga, etc.).
Mito 5: Los TNFs son voluntarios. ¡No! los síntomas funcionales son involuntarios, el paciente no se los inventa. Esto se ha demostrado en diferentes estudios neurofisiológicos, ensayos clínicos, comorbilidades y en diferentes culturas y épocas. La simulación es muy rara.
Mito 6: Las pruebas complementarias no sirven en los TNF. ¡No! Por ejemplo, el análisis neurofisiológico del temblor funcional puede ayudarnos a demostrar datos positivos en los casos en los que en la consulta no queda claro.
Mito 7: Es peor que se pase por alto otra enfermedad neurológica, que no diagnosticar un TNF. ¡No! Todo lo que sea no diagnosticar tiene consecuencias negativas para el paciente. Y esto también ocurre en los TNF, pues son entidades potencialmente tratables y cuando antes se intervengan, mejor pronóstico.
Mito 8: Los TNFs son exclusivamente un trastorno psicológico. ¡No! Los factores psicológicos son uno de tantos factores y no se deben considerar el único factor causal. Hay pacientes en los que son muy relevantes, y otros en los que no lo son.
Mito 9: El pronóstico de los TNFs es bueno normalmente. ¡No tiene por qué! Los pacientes con TNFs tienen tanta discapacidad y pérdida de calidad de vida como en otras enfermedades neurológicas. No asumas que el paciente “ya se pondrá mejor…”.
Mito 10: El tratamiento de los TNFs debe ser sólo psicológico. ¡No! Los TNF necesitan un tratamiento multidisciplinar e individualizado. Se basan en educación de los síntomas y rehabilitación física y psicológica, todas ellas pueden tener un papel. La terapia psicológica podrá jugar un papel fundamental en unos pacientes pero no en otros. Por ejemplo, es especialmente útil en las crisis disociativas.
Como ves, la actitud y la práctica hacia los TNFs está cambiando, pero todavía hay muchos mitos que los rodean y que dificultan que podamos avanzar hacia una buena práctica clínica con nuestros pacientes.
Gracias a @basbloem por la idea de este artículo, a @SarahLidstone por organizar la escritura y a @rmmaraujo por la coautoría.
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