Se trata de uno de los síntomas más frecuentes de los TNF. Las crisis funcionales también se denominan “crisis/ataques disociativos”, “crisis psicógenas” y “crisis/ataques no epilépticos”. En este sitio web las hemos descrito como “crisis funcionales o disociativas”.
Las crisis disociativas son ataques incapacitantes y aterradores que se parecen mucho a la epilepsia o a los desmayos. Las personas pueden experimentar ataques de sacudidas o simplemente se “desmayan”, a menudo durante bastante tiempo.
A diferencia de la epilepsia, los ataques funcionales no se deben a una actividad eléctrica anormal en el cerebro ni a otra enfermedad neurológica. Sin embargo, se deben a un problema temporal en el funcionamiento del sistema nervioso, algo parecido a un estado de trance. Son potencialmente tratables, aunque no con pastillas, sino aprendiendo técnicas para controlarlas y averiguando por qué se producen.
Mientras que los ataques epilépticos están causados por una descarga eléctrica repentina y anormal en el cerebro, los ataques disociativos se producen a través de un proceso cerebral conocido como disociación.
Las crisis funcionales son frecuentes. Casi la mitad de las personas hospitalizadas con sospecha de epilepsia las padecen. Es probable que en el Reino Unido haya unas 50.000 personas con crisis funcionales en un momento dado y 250.000 en EEUU.
Muchos pacientes con crisis funcionales han sido diagnosticados erróneamente de epilepsia en algún momento e incluso pueden haber tomado medicamentos para la epilepsia.
Existen dos tipos principales de crisis funcionales:
El médico debe buscarcaracterísticas específicas y típicas de los ataques disociativos que sean diferenciadores de la epilepsia. Por ejemplo:
El diagnóstico de las crisis funcionales requiere que el médico sea experto en el diagnóstico de la epilepsia, ya que ésta se puede presentar en muchas formas diferentes. Los dos tipos de problemas pueden parecer muy similares, incluso para observadores bien entrenados como paramédicos, enfermeros y médicos de hospital.
Los especialistas pueden diagnosticar los ataques con mayor precisión (en 9 de cada 10 casos) si pueden ver un vídeo de los mismos (por ejemplo, un vídeo grabado con un teléfono móvil). También pueden estar bastante seguros del diagnóstico si te han visto y examinado durante uno de sus ataques.
A veces, si los médicos no están seguros, pueden utilizar un electroencefalograma (EEG) para observar la actividad eléctrica del cerebro. Muestra un patrón anormal de actividad eléctrica durante los ataques epilépticos, pero estos patrones no se observan en los ataques funcionales. El EEG es más útil cuando se combina con una grabación en vídeo de una de las crisis. Incluso en este caso, lo que el médico debe buscar son signos positivos en el episodio de crisis funcionales y no sólo un “EEG normal”.
Los escáneres cerebrales, como la resonancia magnética o la tomografía computarizada, NO son útiles para diagnosticar las crisis disociativas, pero pueden hacerse para asegurarse de que la persona con crisis funcionales no tiene además otra enfermedad.
Los ataques disociativos son un trastorno complejo. Surge por diferentes razones en diferentes personas. Para más información al respecto, consulta el apartado ¿cómo aparecen los TNF? A menudo, los síntomas van acompañados de sentimientos de frustración, preocupación y bajo estado de ánimo, pero éstos no son la causa del problema.
Reconocemos una serie de situaciones diferentes en las que pueden surgir ataques funcionales. Tus síntoma puede corresponder a una de estas categorías, aunque ninguna de ellas puede ser relevante en tu caso:
Los pacientes con convulsiones funcionales suelen tener un breve aviso en al menos el 50% de las ocasiones. Algunos pacientes nunca tienen ninguna advertencia y otros la tienen siempre. Muy a menudo, los pacientes comienzan con síntomas premonitorios que, con el tiempo, se hacen cada vez más breve y pueden desaparecer.
Aprender sobre esta fase de advertencia, aprender a prolongarla y aprender cómo el desmayo puede ser la respuesta de su cuerpo a estos horribles “síntomas de aviso” puede ser una parte clave para superar las crisis funcionales.
Haga clic en Tratamiento para saber más en general y encontrar la página específica sobre el tratamiento de las crisis funcionales.
Puede que nunca sea posible decir por qué alguien tiene convulsiones funcionales, pero una vez que empiezan las convulsiones, pueden ocurrir muchas cosas que las empeoren. Para la mayoría de las personas, el simple hecho de preocuparse por las crisis puede empeorarlas.
Se establece una especie de “círculo vicioso” en el que la preocupación por las crisis hace que éstas ocurran con más frecuencia, lo que lleva a más preocupación y más crisis.
Ejemplos de cosas que hacen que la gente se preocupe por sus crisis (y que, a su vez, pueden empeorarlas):
Existen algunos enlaces útiles en Internet:
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